En el contexto de la permanente preocupación por los deficientes logros generalizados de nuestros niños y jóvenes de nuestro país en aprendizajes en matemática es que se plantean las siguientes ideas a modo de reflexión.
El lenguaje cotidiano o la mera simplificación de los conceptos matemáticos pueden distorsionar los aprendizajes. Esto, dado principalmente por la disonancia entre la construcción conceptual que intenciona conceptos posteriores en la enseñanza formal y el uso coloquial que apunta a explicar procesos o entes asociados a conceptos matemáticos en forma aproximada e imprecisa.
- Aparecen aquí los objetos geométricos que usualmente se asocian con formas geométricas.
- Las propiedades de los conjuntos numéricos que se visualizan a interesante distancia de la solución de problemas cotidianos.
- Figura el álgebra como una herramienta que se nutre de sí misma y no como instrumento de modelamiento para la resolución de problemas, entre otras aplicaciones.
Es decir, se debe acercar el uso de la matemática al y en el contexto inmediato de uso, con la salvedad de procurar un uso conceptual correcto. No es menor la tarea de desaprender un concepto mal aprendido para instalar uno correcto, en términos del tiempo que ello demanda.
Los preconceptos que instalamos en los niños respecto a las condiciones supuestamente heredadas de “bueno o malo para la matemática”, condicionan y/o predisponen a los alumnos para afrontar un uso cercano y amistoso de la matemática como herramienta eficaz para resolver problemas de su entorno o para dar explicación respecto a situaciones y procesos que la involucran.
- El rotular de bueno o malo para la matemática en atención a un historial familiar de fracasos o malas experiencias no aporta, sino que resta posibilidad de desarrollo.
- El generar por el contrario estímulos positivos para los logros y desempeños de uso, le confiere seguridad y construye una historia de éxitos en los alumnos que fortalece su autoestima académica y genera círculos virtuosos a través de rótulos tales como: “Tú eres muy bueno matemáticamente” o “eres muy hábil con los números” entre otras frases.
La matemática no se circunscribe tan sólo al cálculo sino que implica estrategias de acercamiento para solucionar problemas, es decir, estimula el desarrollo del análisis lógico para solucionar dilemas. El analizar alternativas de elección frente a un determinado requerimiento, demanda de la lógica matemática, la forma de como empezar, elegir elementos relevantes, clasificar, ordenar, jerarquizar pasos y procesos.
- Así a modo de ejemplo, el cocinar no tan solo requiere de una serie de cálculos para estimar la cantidad adecuada de ingredientes, sino que propone el desafío de articular lógicamente los pasos secuenciados de una tarea donde el orden de los factores y pasos sí altera el producto.
- El desarrollar el carácter empático para resolver problemas de relaciones humanas requiere por ejemplo, desde el análisis, hasta el estructurar un algoritmo lógico de pasos para afrontar y resolver desde las distintas miradas de los actores involucrados, de modo de plantear una solución concordada y que satisfaga a todos, como en teoría de conjuntos que incluya a todos y que logre la mayor cantidad de puntos comunes de consenso (intersección).
Finalmente en la medida que asociamos estos elementos y los hacemos conscientes en los alumnos, desde el discurso intencionado y consensuado de sus referentes inmediatos del saber, es decir, familia y colegio, podremos cambiar la apreciación de esta disciplina como herramienta y conjunto de conocimientos que nos facilita las cosas, que en ella está la raíz de las soluciones y no de los problemas, es que haremos la inflexión necesaria para hacerla más amigable y cercana a nuestros niños y jóvenes. Incorporar el uso adecuado del lenguaje matemático demanda esfuerzos conjuntos de anticipación y preparación para estructurar un código claro y comprensible pero certero y bien usado.
En definitiva hablar a través del lenguaje de la matemática nos acercamos a entender nuestro entorno, y a su vez se puede afirmar que el entorno está escrito en este lenguaje matemático.
Por Ricardo González Méndez, Mg. en Evaluación de los Aprendizajes, Secretario de Estudio de Pedagogía en Matemática, mención Informática Educativa, Universidad San Sebastián - sede Concepción.