lunes, 27 de septiembre de 2010

Evaluando el "valor agregado"de los docentes

Evaluar a los docentes en términos de los logros de aprendizaje de sus estudiantes año tras año (“valor-agregado”) es un tema más popular que nunca en los EEUU. Un artículo reciente en el New York Times (abajo) revisa tanto los argumentos a favor de este enfoque como en algunas de sus fallas.


El interés en este enfoque basado en el “valor-agregado” ha incrementado hoy en día en parte por causa de la decisión controversial de Los Angeles Times en publicar una base de datos que evalúa a 6,000 docentes en escuelas primarias en una escala de “el más eficaz” al “menos eficaz.” El Secretario de Educación de los EEUU, Arne Duncan, apoyó la decisión del periódico, basado en el principio de transparencia, y argumentando que “en otros campos, hablamos constantemente del éxito, con estadísticas y otras medidas para probarlo. ¿Por qué, en temas de educación, nos asusta hablar de cómo se ve el éxito? ¿Qué hay por esconder? Otras ciudades grandes, incluyendo a Chicago, Nueva York y Washington, DC, están experimentando con este enfoque.

Aunque las investigaciones sobre el enfoque basado en el valor-agregado no son conclusivas, muchos expertos apoyan su inclusión en la evaluación del docente. La decana del Harvard Graduate School of Education recientemente hizo un llamado más general sobre la importancia de adoptar reformas nuevas, como escuelas chárteres, y ligar la evaluación docente al logro de aprendizaje de los estudiantes, aun en las etapas experimentales: “los niños desaventajados no pueden esperar más investigaciones,” ella argumenta, concluyendo que “tenemos que resistir la resistencia al cambio. El estatus quo en la educación nos da la razón suficiente.”

Información compartida por Eduardo Cabezón, Ph. D., Director de Escuela, Pedagogía de Educación Básica, Universidad San Sebastián - sede Bellavista.

Liceos Bicentenario: por la senda de la meritocracia

El proyecto de Liceos Bicentenario impulsado por el Ministerio de Educación, busca generar oportunidades para que estudiantes de la educación pública alcancen mejores resultados académicos y accedan a la educación superior, favoreciendo de este modo, su movilidad social.
En Chile existen actualmente algunos liceos de excelencia, pero se concentran en la región metropolitana, por tanto los liceos Bicentenario entregarán la oportunidad de acceder a una educación pública de calidad a las regiones.

Si consideramos que los establecimientos de educación media municipalizada del país no obtienen los resultados esperados, y que al compararlos con los resultados obtenidos por los establecimientos particulares pagados, presentan una brecha que ha ido aumentando con el paso de los años (de 107 a 144 puntos en promedio de resultados PSU entre 2004 y 2010, según datos del Demre), resulta comprensible que la autoridad ministerial tome cartas en el asunto y aplique medidas tendientes a revertir malos resultados, entre las cuales encontramos el proyecto de creación de establecimientos de excelencia.

Hasta el momento, las políticas educacionales se habían focalizado en disminuir la deserción escolar (Programa Liceos Prioritarios) o en fomentar la innovación de liceos con propuestas educativas (programa Montegrande), por tanto es altamente positivo que ahora el foco de atención esté en brindar oportunidades de desarrollo a jóvenes en situación vulnerable pero con buen desempeño escolar, pues se incentiva la meritocracia, particularmente el sentido de responsabilidad, compromiso y afán de superación.

Los Liceos Bicentenario deben constituir una más de varias medidas tendientes a disminuir las brechas existentes en la educación nacional, y aquellos establecimientos que no sean considerados entre los beneficiados con esta iniciativa, deberán trabajar con más ahínco en función de mejorar la calidad de sus resultados, considerando los distintos recursos y apoyos que pueden obtener por la vía de proyectos a través del Ministerio de Educación.

Si se obtienen los resultados esperados, en el mediano plazo es probable que sean más de 50 los establecimientos que logren el nivel de excelencia, involucrando no sólo a una selección de estudiantes talentosos. De momento, es de esperar que los Liceos Bicentenario signifiquen un estímulo para que más jóvenes se esfuercen por obtener mejores logros en su vida estudiantil.

Por Paula Luna Ramírez, Mg. en Educación, Directora de Escuela de Pedagogía en Historia y Geografía, Universidad San Sebastián - sede Concepción